Hablemos de adolescencia

En este blog encontraras todo lo referente a esa maravillosa etapa de la vida llamada Adolescencia,tan temida para unos y tan amada para otros.

martes, 8 de marzo de 2011

adolescencia

 

 

¿social o antisocial?


En la adolescencia, aumentan considerablemente los espacios donde son posibles los intercambios o interacciones sociales y, por otro lado, se debilita enormemente la referencia a la familia. La emancipación respecto a ésta, en el curso del proceso de adquisición de autonomía personal y como elemento constituyente de este proceso, es, sin duda, el rasgo más destacado de la nueva situación social del adolescente. La transición hacia la socialización adulta es difícil para los adolescentes porque las pautas de comportamiento social aprendidas en la infancia ya no se adaptan a las relaciones sociales maduras; tampoco los patrones de conducta social que los adolescentes aprenden como parte de la conducta juvenil. La "socialización" es el proceso de aprendizaje de la conformidad a las normas, hábitos y costumbres del grupo. Para determinar si un joven es social, asocial o antisocial debe juzgársele tanto objetiva como subjetivamente. Objetivamente en función de su conducta, y subjetivamente en función de sus sentimientos y actitudes.

Un adolescente social tiene las siguientes características: 1) conducta que se conforma a las normas aprobadas por el grupo; 2) desempeño correcto de la función social prescrita por el grupo; 3) actitudes sociales que lleven a la conducta aprobada; 4) satisfacción personal derivada de la conducta social.
El adolescente asocial: debido a su ignorancia de las expectativas sociales, no puede adaptarse a los criterios de una persona social.
 El adolescente antisocial: es consciente de las expectativas sociales, pero no se conforma a ellas porque no lo desea.



auto-aceptación y auto-rrechazo

Las personas adquieren y forman conceptos de sí mismas, es decir, tienen maneras de hablarse, tratarse, motivarse, desmotivarse. Cuando se habla de sí mismo se manifiesta lo que se cree ser. El concepto personal se compone de diversas influencias: lo familiar, lo intelectual, lo económico, lo espiritual, lo emocional, que al presentar complicaciones incomodan la vida interior, por supuesto, mental de la persona. La auto aceptación pese a tener un enfoque más interno en la persona, conduce a pensar en un ámbito delicado donde el individuo debe hacer las paces consigo mismo a pesar de que su condición no sea la más favorable

Cuando una persona experimenta auto rechazo generalmente debe perdonar el factor, persona o situación que le ha afectado, sea ella misma u otro que le causó las heridas. El nivel del perdón sana notablemente una autoestima resentida. Ya que pocos adolescentes están satisfechos con su personalidad, a muchos les es difícil agradarse y aceptarse.
La "auto aceptación" es el grado en que un individuo después de considerar sus características personales, puede y está dispuesto a vivir con ella. Debido a estas actitudes de auto aceptación la persona gusta de sí misma y piensa que también otros hallan en ella cualidades agradables; hay entonces una estabilidad en la manera positiva de considerarse. El adolescente está bien adaptado, en paz consigo mismo y con los demás; es feliz como es y se adapta a la vida de conformidad. Esto quiere decir que es un individuo realista. Una de las principales razones de que el joven se acepte aun cuando sepa que no es perfecto, es que lo demás lo aceptan.

El individuo que se rrechaza a sí mismo no se quiere. Tiende a despreciarse y a creer que otros lo ven con hostilidad y menosprecio; no confía en sus propios sentimientos y actitudes, y su auto concepto oscila de acuerdo con el trato que le dan los demás. Sus adaptaciones personales y sociales resultan precarias.

Autoconcepto


Cuando se habla de autoconcepto se hace referencia al conjunto de sentimientos, percepciones y valoraciones que un individuo tiene sobre sí mismo en cuanto persona. Percepciones relativas a uno mismo y que aluden a las propias características y capacidades, al concepto de uno mismo en relación con los demás y el medio, a los valores, metas, ideales, percibidos positiva o negativamente por el sujeto. Se hace referencia a las dimensiones básicas que definen a la persona, como son: habilidades, rasgos físicos, rasgos emocionales y afectivos
En la adolescencia es la etapa en la que el se perfila y define de tal modo que el individuo se identifica como ser singular, diferente de los demás. Las experiencias van siendo más intensas y se aproxima a la vida y responsabilidad adultas, el adolescente va adquiriendo un mejor conocimiento de sí mismo, se forma una opinión más ajustada de su personalidad y se preocupa por conocer los rasgos que le definen.
Nos encontramos en esta etapa con un problema fundamental, la búsqueda de la propia identidad. La maduración física que tiene lugar en estos años hace que el adolescente se centre en la imagen de su cuerpo. La nueva imagen corporal marca las relaciones con los compañeros de ambos sexos, siendo el autoconcepto de su realidad física una de las claves de su integración en el mundo de su grupo de iguales. Esta imagen de su realidad corporal contribuirá decisivamente a la valoración de sí mismo y a la afirmación de su identidad.

Factores que influyen el autoconcepto:
-estructura corporal
-defectos físicos
-condición física
-vestimenta
-nombre y apodo
-inteligencia
-niveles de aspiración
-escuela
-status social
-familia

La personalidad y algunos trastornos

Pocos adolescentes se sienten satisfechos con su personalidad. El deseo de mejorar es casi obsesivo. El adolescente está insatisfecho consigo mismo tal como es; esta insatisfacción alcanza su nivel máximo entre los 15 y los 16 años. Después se sienten más complacidos con las mejoras.

"Cambio" y "Mejora" no son sinónimos. Cambiar significa alterar o variar y no implica necesariamente que el cambio operado sea positivo. Mejorar significa cambiar para beneficiar otra cosa. El adolescente anhela un cambio que implique una mejora.

Los cambios pueden ser:
*Cuantitativos.- Debilitamiento o fortalecimiento de un rasgo ya existente.
*Cualitativos.- Un rasgo socialmente indeseable es eliminado del todo y se lo reemplaza por otro deseable; o viceversa. Estos son insólitos.

Ansiedad
El adolescente es una persona nerviosa por naturaleza. Y no es para menos, con tantos cambios en su cuerpo y en su entorno. Sin embargo, la ansiedad ha de permanecer siempre entre unos límites, para no interferir de manera negativa en la vida del adolescente. A mayor ansiedad, por ejemplo, peores resultados académicos.
Los adolescentes con niveles altos de ansiedad, suelen mostrarse inseguros, perfeccionistas, con gran necesidad de recibir la aprobación de los demás para que les aseguren la calidad de lo que hacen. Confían poco en sí mismos, les da miedo cualquier situación y requieren la constante presencia del adulto para enfrentarse a sus temores.

Manías y obsesiones
Numerosas y variadas en esta edad. No pisar las líneas de las baldosas cuando pasean por la calle, llevar determinadas prendas, decir determinadas palabras...Son ideas que vienen a la cabeza rodeadas de cierta magia. Por ejemplo, "Si digo tal palabra, me traerá suerte" "Si me pongo esta camiseta, hoy me encontraré con fulanito" "Si piso la línea de una baldosa tendré una racha de mala suerte" etc.
Pequeñas manías que, como siempre, llevadas a un extremo pueden convertirse en problemas serios, conductas compulsivas donde existe la necesidad imperiosa de realizar una acción que no puede pararse.
La obsesión más frecuente en los adolescentes es su salud física. Dolores de cabeza, palpitaciones inexplicables, sensación de no poder respirar, de tener un nudo en el pecho, imposibilidad de tragar sólidos, sensación de tener un cuerpo extraño dentro del cuello...Se trata, siempre, de órganos percibidos de manera inmediata como vitales.

Depresión
Para empezar, hay que tener en cuenta que es muy común el estado de ánimo deprimido en el adolescente. Son demasiados cambios para tan poco tiempo, y muchos jóvenes reaccionan con aislamiento, actividades reducidas al mínimo y accesos de pesimismo, como defensa ante una situación cambiante, que no entienden.
Sin embargo, existe gran dificultad para diagnosticar depresión en la adolescencia. Una señal de alarma, a tener en cuenta por los padres y educadores, es el cambio de comportamiento repentino, en el chico o la chica. En ocasiones, una depresión puede ocultarse tras el consumo de alcohol o drogas.
http://www.cop.es/colegiados/M-13902/Trast_adolescentes.htm

Dependencia - independencia



Un aspecto importante de la búsqueda de la identidad en los adolescentes es la necesidad de independizarse de los padres. Las relaciones con personas de su misma edad se vuelven especialmente importantes y dedican gran parte de su tiempo libre a pasarlo con personas de su edad, con quienes pueden identificarse y sentirse cómodos.

Los adolescentes se encuentran en un estado de tensión constante debido a la necesidad de independizarse de sus padres y su dependencia de ellos. Y los padres suelen vivir un conflicto similar, pues desean que sus hijos se independicen al tiempo que desean conservarlos dependientes. Como resultado, pueden darles a sus hijos mensajes dobles, pues dicen una cosa pero comunican la opuesta con sus acciones.

Para crecer, el adolescente necesita desprenderse de esa protección, pero, al mismo tiempo, sigue necesitándolos, por eso alterna momentos de dependencia-independencia. Esta vacilación del adolescente entre una dependencia y una autonomía extremas confunde a los padres, quienes no entienden en general esa variación: a veces parece un adulto y otras un niño, a veces los busca y otras los rechaza. Cuando la conducta de los padres implica una incomprensión de esas fluctuaciones llamativamente polares, que oscilan entre el refugio en la fantasía y el afán de crecimiento, se dificulta la labor de duelo por la infancia perdida.

¿Cómo lo afrontan los padres?

- Enfrentamiento. Los padres también deben hacer el duelo por la identidad infantil de su hijo. Ahora son juzgados por él, y el enfrentamiento y la rebeldía son más dolorosos si el adulto no es consciente de sus problemas con el adolescente y con su propia adolescencia, que es revivida a través del hijo. Pero, a veces, los padres se olvidan o niegan lo que vivieron y se distancian de su hijo. Otras veces tienen sentimientos encontrados y mantienen posiciones contradictorias frente a la autonomía que el hijo necesita y ante los necesarios límites que precisa.

- ¿Libertad o abandono? Esta incomprensión y rechazo se encuentran, muchas veces, enmascarados bajo el obsequio de una excesiva libertad que el adolescente vive como abandono. Frente a esa actitud, el chico siente la amenaza inminente de perder la dependencia infantil, cuando es aún necesaria.

- Autonomía. Sólo más tarde, en la madurez, el joven podrá ser independiente dentro de un marco de saludable dependencia.

El control de las emociones

No significa represión ni eliminación no te preocupes si no que significa aprender a encarar una situación con una actitud racional, responder a ella con la mente tanto como con las emociones y a obviar la interpretación de las situaciones de manera que susciten exageradas reacciones emocionales. Además significa frenar el desborde o la expresión verbal de las emociones. 

Llegar a controlar las emociones es una indicación de madurez emocional. Pero, el  mantener bajo control de las emociones no es prueba de madurez; las emociones deben ser controladas a modo de obtener la aprobación social y, al mismo tiempo, de producir el menor daño posible, físico o psicológico, a la persona misma.

No se exige al adolescente que controle sus emociones en todo momento o en todo lugar; sino que aprenda cuándo puede expresarlas y cuándo debe controlarlas. Se espera que el control emocional aumente con la edad; se espera y se permite que los muchachos de todas las edades expresen sus emociones más abiertamente que las muchachas, con excepción del miedo.

Un aspecto importante del autocontrol lo constituye la habilidad de moderar la propia reacción emocional a una situación, ya sea esa reacción negativa o positiva (por ejemplo: no sería conveniente expresar excesiva alegría ante otras personas, colegas o amigos, que están pasando en ese momento por situaciones problemáticas o desagradables).  Debemos utilizar cuanto sabemos acerca de las emociones y sentimientos propios y ajenos para ayudarnos a controlar mejor nuestros impulsos.

No podemos elegir nuestras emociones y no es algo que nosotros podamos evitar, pero si podemos conducir nuestras reacciones emocionales lo que hagamos con nuestras emociones, el hecho de manejarlas en forma inteligente, depende de nuestro nivel de Inteligencia Emocional.

http://www.inteligencia-emocional.org/habilidades_practicas/control_emocional.htm